Editorial

Hace un mes escaso que se celebró la conocida Hannover Messe, quizá la feria más importante a nivel mundial en el ámbito de la automatización y robótica. Como era de esperar, la práctica totalidad de los slogans que han utilizado como reclamo los expositores que han tomado parte en la muestra hacían referencia, de una u otra forma, a la ya archiconocida Industria 4.0.

Este ‘movimiento’ industrial que tiene un evidente efecto global y que es en Europa donde más y mejor se ha implantado está siendo definido por todos como la ‘4ª Revolución Industrial’ y, a tenor de lo que va a suponer para todo el tejido industrial, sea cual sea el sector, bien se puede catalogar como tal, como una verdadera revolución.

No obstante, creo que, a efectos prácticos, es más ilustrativo el calificativo con el que también se conoce a este movimiento de ‘Industria Conectada’ porque define mejor la verdadera esencia que encierra este amplio concepto.

Si tuviésemos que resumir en sólo cuatro ideas cuáles son los principales retos tecnológicos que supone la Industria 4.0 para las empresas, a mi entender, serían los siguientes: robótica colaborativa y autónoma, fabricación aditiva, big data y cloud computing, y conectividad total hipersegura. De estas 4 corrientes tecnológicas, dos de ellas han estado absolutamente presentes en la feria antes referida.

Por un lado la fabricación aditiva o impresión 3D ha dejado claras pinceladas de su potencial mostrando como en un futuro muy próximo aspectos tan determinantes en empresas internacionalizadas como son los stocks de recambios pasarán a convertirse en centros de impresión de piezas bajo demanda lo que cambiará incluso la logística tal y como hoy la conocemos.

Por otro lado, la robótica ha sido, de nuevo, una de las grandes protagonistas. Pero ahora con un enfoque muy especial, incluso me atrevería a decir que antagónico con lo visto hasta hace bien poco. Quienes hemos trabajado en factorías donde los robots eran piezas claves en el proceso productivo sabemos la importancia que la seguridad siempre ha supuesto en las celdas productivas que contienen robots.

Ahora el concepto cambia totalmente y se habla de robótica COLABORATIVA donde robots y humanos trabajan juntos, incluso mezclados, para incrementar la eficiencia de ambos. Se acabaron las barreras y los sistemas de seguridad que paraban el robot automáticamente cuando se entraba en su posible radio de actuación.

Se ha trabajado para que, utilizando la inteligencia artificial entre otras tecnologías, el robot sea capaz de detectar cualquier mínimo roce con el ser humano y se ‘aparte’ de su camino para no provocar ningún accidente. Este modo de funcionamiento supone ahora una nueva visión de la robótica que la hace absolutamente compatible con el trabajo manual y, por tanto, amplía enormemente su aplicabilidad en el ámbito industrial y la hace más eficiente tanto técnica como económicamente.

En cuanto al big data y a la ciberseguridad, veremos muy pronto como los eventos expositivos sobre el mundo TIC confluyen con el de la automatización industrial y se llevan a cabos a la vez. Comprobaremos a buen seguro como CEBIT (uno de los eventos TIC´s más importantes a nivel mundial, en Hannover) y la citada Hannover Messe se realizan simultáneamente.

No en vano, compañías líderes en software como Microsoft o SAP ya han tenido grandes apuestas en esta Hannover Messe e incluso compañías telefónicas como la Deutsche Telecom ya han participado en este evento porque en su estrategia figura la Industria 4.0 como su principal ámbito de crecimiento.

La pregunta ahora sería, obviamente, cómo afecta esto al sector del Hábitat y, especialmente al de la Región de Murcia, donde las empresas son de un tamaño muy pequeño.

En mi opinión, aún tratándose de un sector mucho menos tecnológico que otros, si lo comparamos con diversos sectores manufactureros, la situación es mucho mejor pues desde hace bastante tiempo las empresas se han ido preparando, especialmente, dotándose de herramientas de gestión avanzadas basadas en sistemas ERP que, en definitiva, son el alma de cualquier empresa que quiera apostar por la conectividad es decir, por la Industria 4.0.

Y en este asunto, como en otros muchos, CETEM ha tenido mucho que ver junto con la apuesta clara y decidida por las personas que impulsan cada una de las empresas y que, emprendedores como pocos, siguen viendo con claridad que la innovación es una apuesta segura a medio y largo plazo y, a partir de ahora, absolutamente fundamental e irrenunciable para ser más competitivos a nivel internacional.

Así pues, la posición de partida del sector del hábitat es relativamente buena pero, ahora más que nunca, un minuto perdido supone una pérdida de competitividad difícilmente recuperable. Conscientes de esto, seguiremos trabajando para ser lo más útiles posibles a las empresas del sector.