La Unión Europea establece restricciones para el formaldehído en productos, priorizando la seguridad del consumidor
La Comisión Europea ha emitido el Reglamento (UE) 2023/1464, el cual introduce modificaciones al anexo XVII del Reglamento (CE) 1907/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, con el objetivo de regular el formaldehído y las sustancias liberadoras de formaldehído en diversos artículos.
Esta nueva regulación tiene un impacto significativo en la comercialización de ciertos productos y busca garantizar la seguridad y bienestar de los consumidores.
Según el Reglamento, a partir del 6 de agosto de 2026, no se permitirá la comercialización de muebles y artículos de madera cuya concentración de formaldehído liberado supere los 0,062 mg/m3, y para los artículos diferentes a muebles y madera, el límite establecido será de 0,080 mg/m3. Estos valores se aplicarán en las condiciones de ensayo especificadas en el apéndice 14.
Es importante mencionar que existen algunas excepciones a esta normativa. Los artículos en los cuales el formaldehído o sus liberadores se encuentren de forma natural en los materiales con los que son producidos quedarán excluidos de esta regulación. Asimismo, la restricción no aplicará a los artículos de segunda mano.
Con el objetivo de facilitar la aplicación del Reglamento a los fabricantes de muebles, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (European Chemichals Agency) tiene previsto elaborar un documento de orientación que acompañe a la normativa. Se espera que este documento incluya aclaraciones respecto al cumplimiento de la regulación en el caso de mobiliario, con el fin de evitar ensayos dobles si los artículos o partes de madera ya cumplen con los nuevos estándares.
El Reglamento (UE) 2023/1464 entrará en vigor a los veinte días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, iniciando así el período transitorio de 36 meses para que los productos afectados se ajusten a las nuevas disposiciones.
Esta medida representa un paso importante para proteger la salud de los ciudadanos europeos y asegurar que los productos que llegan al mercado cumplan con los más altos estándares de seguridad en cuanto a la presencia de formaldehído y sus liberadores. Los fabricantes y comerciantes deberán adaptarse a estas regulaciones en el tiempo estipulado para evitar cualquier incumplimiento.